Alfonso Mendiguchía: “Me gusta que mi rumbo me sorprenda”
Alfonso Mendiguchía, actor y autor teatral, responde a las preguntas sin tregua de un cuestionario hecho a medida de los grandes lobos de mar. Marineros de sí mismos y de las corrientes de la vida. Navegadores de la calma y de la tempestad.
-¿Cuándo te pusiste al timón de ti mismo?
Estoy en ello.
-¿Qué prefieres, la calma o la tempestad?
La calma después de la tempestad.
-¿Cuál es tu mejor modo de combatir una tormenta?
Cogiendo la bici.
-¿Para navegar los mares del mundo hay que navegar primero los mares interiores de cada uno… o al revés?
Según el marinero.
-¿Es buena la soledad del capitán en el puesto de mando?
Es imprescindible.
-¿Cuál es ese puerto al que aún no has llegado?
Al puerto de llegada. Estoy navegando.
-¿Qué bandera llevas en lo alto del mástil de tu barco?
Una sonrisa.
-¿Cuántas veces creíste que nunca escucharías gritar “¡¡tierra!!”?
Lo temo cada noche.
-¿Firmarías esto, capitán: “A veces, solo a veces / hace falta lograr soltarse, / izar las velas, abandonarse, / dejar que fluya, que el viento cambie, / cerrar los ojos y enmudecer”? (de Diego Escaño)
Sí, lo firmaría con lacre.
-¿Y esto otro: “En el mar, como en el amor, suele ser mejor seguir una corazonada que obedecer a una biblioteca”? (de John R. Hale)
También.
-¿Hacia dónde se encamina ahora tu rumbo?
Me gusta que me sorprenda.
-¿Faltan piratas y sobran almirantes de escuela?
Faltan buenos piratas y no sobran demasiados buenos almirantes de escuela.
-Un secreto para no perder nunca el Norte
No perder de vista nunca el Sur.
(Alfonso Mendiguchía, tiene entre manos “Tierra de nadie”, un monólogo teatral escrito y dirigido por él que protagoniza Patricia Estremera -ambos, en la foto-. Una historia de “caminos elegidos y piedras encontradas, apuestas arriesgadas” y “aristas afiladas”. “Es el triunfo de la determinación personal sobre los determinantes. Rita, la protagonista, busca su novela, su Shambala, con el apoyo de todos pero sin ser de nadie; como diría Gilda: si fuera un rancho, me llamaría Tierra de Nadie”.
La obra se pre-estrenó en Boecillo, Valladolid, el 4 de julio. Ahora la esperan los escenarios de Madrid y de toda España.