Edith Martínez-Val en Vanity Fair

Edith Martínez-Val, actriz de El salto: “Los que hacen el viaje para saltar la valla de Melilla tienen todo el rato en la cabeza que la muerte es una posibilidad muy real, incluso la más probable”

La nueva película de Benito Zambrano, recién presentada en el Festival de Málaga, trata el drama de la inmigración con un empaque, realismo y crudeza inéditos en el audiovisual español. Una de sus protagonistas, que encarna a un personaje que representa a las pocas mujeres que se han atrevido a saltar la valla de Melilla, nos adelanta detalles de uno de los filmes que más van a dar que hablar.

Edith Martínez-Val (Lanzarote, 2001) se dio a conocer en plena pandemia cuando todavía era una adolescente a través de la serie de RTVE Dos vidas, y ahora es una de las protagonistas de El salto, la nueva película de Benito Zambrano (Solas) que acaba de ser presentada en el Festival de Málaga y por la que se va a convertir seguro en una de las más firmes candidatas al Goya a mejor actriz revelación.

Cuando todavía tenemos reciente Yo capitán, el desgarrador (y a ratos inspirador) filme de Matteo Garrone que muestra el viaje de dos jóvenes que abandonan Dakar para emprender camino a Europa, el de Zambrano retrata el drama de la inmigración con la misma crudeza y contundencia, pero tocando algo más cercano a nosotros: la odisea de aquellos que se atreven a saltar el vallado que separa Marruecos de Melilla en busca de una vida mejor (tenemos todavía muy reciente el salto masivo del 24 de junio de 2022 que dejó 37 muertos y 77 desaparecidos).

Martínez-Val encarna a Aminata, que representa a una de las poquísimas mujeres que se han arriesgado a cruzar las frontera física entre África y Europa de esta manera (hay muy pocos casos con éxito documentados, como el de la adolescente camerunesa Mirelle, que lo consiguió al quinto intento en 2014; o el de la maliense Astan Traore, que lo hizo poco después estando embarazada de 10 semanas).

En el viaje es acompañada por Ibrahim (Moussa Sylla), un inmigrante guineano que es expulsado de España por no tener papeles y que busca reunirse de nuevo con la madre (Nansi Nsue) de su futura hija; o Ousman (Eric Nantchouang), que también fue expulsado y quiere hacer el camino de vuelta, entre otros. Hablamos con la intérprete sobre el desafío de participar en una de las películas más duras e importantes del año, una que dará mucho que hablar más allá de lo cinematográfico.

¿Cómo llegó al papel de Aminata?

Fue el casting más largo que he hecho, duró unos cuatro meses o incluso más desde que empezamos. Conocí a Benito Zambrano en el primer casting presencial y cada sesión duraba unas cuatro horas y todas eran bastante agotadoras. Además al principio no te daban mucha información sobre la película, no me dijeron siquiera que trataba sobre el salto a la valla de Melilla, solo que tocaba el tema de la inmigración. Y en los castings tratábamos eso a través de impros sobre todo, cosas bastante dramáticas en torno a las pateras. Con Benito, que nos exprimía mucho.

¿En qué momento se enteró de que la película trataba realmente sobre el salto a la valla de Melilla?

Yo creo que fue al principio del tercer casting.

¿Cómo se preparó para el papel?

Sobre todo documentándome mucho, ya que era algo que había escuchado pero que no conocía realmente ni tenía a nadie a mi alrededor que me pudiese hablar de ello de primera mano. Entonces me documenté muchísimo, vi todos los documentales que encontré, que por desgracia no hay muchos, y leí todo lo que pude sobre el monte Gurugú [el monte cercano a Melilla donde se refugiaban y hacían campamento muchos de los inmigrantes africanos que se disponían a saltar la valla], sobre cómo se preparaban. Yo también me preparé mucho a nivel físico, porque mi personaje tenía que entrenar mucho para acercarse a las capacidades físicas de los hombres y también tenía que aprender a hablar como ellos para poder integrarse mejor.

Hay muy pocos casos documentados de mujeres que hayan saltado la valla. El primero de ellos es de Mirellle, una adolescente camerunesa que lo hizo en 2014. ¿Llegó a hablar con ella?

No pude tener la oportunidad, pero seguí mucho la historia de Mirelle y vi los vídeos que existen. Sí que he hablado con inmigrantes que han vivido la situación. Me apoyaron mucho y me sorprendía la naturalidad con la que contaban lo que habían experimentado en la valla y en los campamentos, y algunos nos ayudaron a guiarnos a lo largo de la película para que lo que recreábamos se correspondiera lo máximo posible con lo que ellos vivieron realmente.

¿Ha cambiado esta película su percepción sobre el drama de la inmigración?

Se me han abierto la mente y los ojos. Tenía la idea de que hay gente que lo pasa muy mal en sus países de origen y tienen que dejarlos atrás por ello, pero no te das cuenta de lo que entraña dejar también a tu familia detrás o viajar con ella a cuestas. Y el viaje es una historia de supervivencia absolutamente terrorífica y muchos tienen todo el rato en la cabeza que la muerte es una posibilidad muy real, incluso la más probable. Así que a lo largo de la película realicé un viaje interno muy duro. En cuanto acabamos el rodaje necesité desconectar porque empecé a interiorizar todo el horror que ellos viven. Realmente tenemos poco conocimiento sobre lo que es este drama.

¿Cuál fueron los momentos más duros de rodar, sin entrar mucho en spoilers?

Sin entrar en detalles, Aminata sufre un episodio terrible que destruye toda la confianza que había recabado hasta entonces, y eso fue muy duro de rodar para mí. Y todo lo que rodeó al salto de la valla fue muy complicado en todos los aspectos, tanto física como mentalmente. Lo rodamos todo de noche, con mucha gente alrededor, no nos veíamos los unos a los otros, llevábamos clavos en los zapatos para poder escalar… fue muy angustioso.

¿Cuánto tiempo llevó rodar todas las escenas del salto de la valla?

Lo hicimos a lo largo de seis noches en Valdemoro (Madrid), donde montaron todas las vallas desde cero, en una explanada que hay cerca de la cárcel.

¿Se sintió arropada por sus compañeros de reparto? Hasta cierto punto vivió una situación parecida a la de su personaje al estar rodeada de hombres todo el tiempo…

Al principio sí que me dio cierta impresión la idea de estar rodeada prácticamente solo de hombres durante varios meses, pero desde la primera semana me encontré en familia. Los chicos fueron maravillosos conmigo. Cuando rodábamos era todo intensidad y estábamos muy concentrados todos, pero después en los descansos nos lo pasamos tan bien todos juntos que la experiencia fue una maravilla. Daba gusto ir a trabajar todos los días, incluso en las sesiones nocturnas, con este equipo.

¿En qué otras localizaciones rodaron?

Sobre todo en Canarias, donde rodamos la parte central de la película.

Hablando de Canarias, usted nació allí pero su familia se marchó muy pronto a vivir a Madrid, ¿verdad?

Eso es. Yo nací en Lanzarote, pero a los cuatro meses ya estaba viviendo en Madrid. Y hasta hoy.

¿Cómo nació su vocación por la actuación?

El interés me surgió cuando tenía 13 y estuve un año entero estudiando en Canadá. A lo largo de ese curso me dediqué a ver muchas películas y series, y me empezó a llamar mucho la atención ese mundo. En cuanto volví a España les dije a mis padres que querían meterme en el teatro y empecé en ello los fines de semana. Al principio ellos lo veían como un interés extraescolar, pero fueron dándose cuenta de que era más que eso cuando al cabo de un año ya les decía ‘yo lo que quiero es ser actriz, yo lo que quiero es ser actriz’. Me tomaron más en serio, seguí con las clases hasta acabar al colegió y en cuanto lo acabé me matriculé en una escuela para formarme y para entonces mis padres ya sí que tenían muy claro cuál era mi camino.

¿Qué edad tenía cuando empezó en Dos vidas y qué supuso esa experiencia para usted?

Tenía 19 años recién cumplidos y para mí lo de Dos vidas fue algo catártico en muchos sentidos. Llegué con mucho miedo y mucha inseguridad, sobre todo por el reto de enfrentarme a una serie que se emite a diario. Llegué eso sí muy preparada para la aventura y me ayudó mucho el grupo que hicimos, porque hay que tener en cuenta que se rodó durante el Covid y éramos un grupo burbuja, por lo que nos acabamos llevando muy bien. Y el equipo también era maravilloso, por lo que fui cogiendo confianza y me empecé a soltar. Fue un año increíble, de mucho trabajo, pero mucha diversión también y aprendí una barbaridad. Mi trayectoria como actriz hasta ahora sería muy diferente si no hubiera empezado con Dos vidas.

Usted ya es una cara conocida gracias precisamente a Dos vidas, pero El salto va a ser una película que va a tener mucho eco por su director, por su empaque y por la trascendencia del tema que trata. ¿Cómo espera que sea la recepción y cómo cree que le va a cambiar la vida y el futuro en particular?

La verdad es que no tengo ni idea [risas]. Soy muy poco consciente de eso. Sí espero que sea bien recibida y que la gente se dé cuenta de que hay que prestarle más atención a este tema, pero la verdad es que no me puedo ni imaginar cómo va a afectar a mi futuro en la industria.

¿Qué proyectos tiene en el horizonte?

No tengo ninguno que se pueda contar todavía, pero estoy trabajando en varias cosas. Tengo un proyecto pendiente de estreno, otra película en la que también tengo un papel protagonista y que se anunciará pronto. Puedo decir que estoy muy contenta por el momento que estoy viviendo.

A nivel personal, y por lo que demuestra a través de las fotografías que publica en Instagram, usted parece una gran amante de los animales…

¡Sí! Tengo una perra y dos gatos que son mi vida entera. Soy amante de los animales desde pequeña, de hecho antes montaba a caballo a nivel casi profesional y era mi otra pasión. Mi otro objetivo era ser amazona profesional, pero al final me tiró más la actuación. Y ahora tengo dos gatos que adopté y una perrita que tiene diez meses.

¿Cuáles son sus referentes en el cine? ¿Qué películas le han marcado?

Hay varias que me han hecho pensar: “Yo quiero sentir y plasmar estas cosas”, y que me han animado mucho a luchar hasta conseguir ser actriz. Mi película de referencia es Cisne negro, es la que voy a poner de ejemplo siempre que me pregunten y Natalie Portman me parece una actriz de los pies a la cabeza. Otra película de referencia para mí es El indomable Will Hunting. Cuando la vi, me di cuenta de que necesitaba hacer algo en la vida que tuviera que ver con el cine.

En su página de la agencia STA Talent Agency tiene colgada una playlist de Spotify de lo más ecléctica [con canciones de Antoñito Molina, Miranda Lambert, Doja Cat…]. ¿Cómo definiría sus gustos musicales?

Me gusta un poco de todo [risas]. Además voy por rachas, no le hago asco a nada, no hay un solo estilo que me tira para atrás. Estoy todo el día con la música puesta y me encanta descubrir cosas nuevas, es una de mis adicciones.


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